miércoles, 24 de junio de 2015

El Hombre  Mediocre 

La Humanidad ha evolucionado y siempre estará en continuo cambio, más el hombre mediocre

y conformista jamás evolucionará, su actitud inequívoca lo ha convertido en un ser que

“no habla nunca; repite siempre, juzga a los hombres como los oye juzgar ”,

se ha convertido en el eco de otros, (por no decir de todos) estas personas son llamadas: fanáticas,

(por decirlo de alguna forma) son fans de a quienes son líderes, de aquellos que escuchan decir frases célebres,

se sorprenden por todo y solo viven de ilusiones, su mundo: “El País de las Maravillas”.

Hombres sin Personalidad 

 La personalidad individual comienza en el punto preciso donde cada uno se diferencia de los demás; en muchos hombres ese punto es imaginario. Por ese motivo, al clasificar los caracteres humanos se ha comprendido la necesidad de separar a los que carecen de rasgos característicos: productos adventicios del medio, de las circunstancias, de la educación que se les suministra, de las personas que los tutelan, de las cosas que los rodean.”Indiferentes” ha llamado a ribot a los que viven sin que se advierta su existencia.
Aunque los hombres carecemos de misión trascendental sobre la tierra, en cuya superficie vivimos tan naturalmente como la rosa y el gusano, nuestra vida no es digna de ser vivida sino cuando la ennoblece algún ideal: los más altos placeres son inherentes a proponerse una perfección y perseguirla. El poder que se maneja, los favores que se mendigan, el dinero que se amasa, las dignidades que se consiguen, tienen cierto valor efímero que puede satisfacer los apetitos del que no lleva en si mismo, en sus virtudes intrínsecas, las fuerzas morales que embellecen y califican la vida; la afirmación de la propia personalidad y la cantidad de hombría puesta en la significación de nuestro yo.
Muchos nacen; pocos viven. Los hombres sin personalidad son innumerables y vegetan moldeados por el medio, la falta de personalidad hace a estos, incapaces de iniciativa y de resistencia.
Entorno del hombre mediocre 

Si pudiéramos medir los valores individuales, graduarían se ellos en escala continua, de lo bajo a lo alto. Entre los tipos extremos y escasos, observaríamos una masa abundante de sujetos, más o menos equivalentes, acumulados en los grados centrales de la serie. El hombre decimos ahora es un animal que evoluciona en las mas recientes edades geológicas del planeta; no fue perfecto en su origen, ni consiste su perfección en volver a las formas ancestrales, surgidas de la animalidad simiesca.
El concepto de la normalidad humana solo podría ser relativo a determinado ambiente social ¿serian normales los que mejor “marcan el paso”, los que alinean con mas exactitud en las filas de un convencionalismo social? En este sentido el hombre normal no seria sinónimo de hombre equilibrado, ¿será entonces lo que en la filosofía, en literatura o en la política, se llama un ecléctico, un justo-medio? de ninguna manera, contesta. El que es justo medio lo sabe tiene la intención de serlo; el hombre mediocre es justo medio sin sospecharlo lo es por naturaleza, no por opinión; por carácter, no por accidente. Pero fuerza es reconocerlo, tales definiciones son inseguras desde el punto de vista de la psicología social; conviene buscar una mas exacta e inequívoca, abordando el problema por otros caminos.

CONCEPTO SOCIAL DE LA MEDIOCRIDAD

No obstante las infinitas diferencias individuales, existen grupos de hombres que pueden englobarse dentro de tipos comunes; tales clasificaciones, simplemente aproximativas, constituyen la ciencia de los caracteres humanos, la teología, que reconoce en Teofrasto su legítimo progenitor. Esas clasificaciones, admisibles desde algún punto de vista especial, son insuficientes para el nuestro.
Cada individuo es el producto de dos factores: la herencia y la educación. La primera tiende a proveerle de los órganos y las funciones mentalmente que le trasmiten las generaciones precedentes; la segunda es el resultado de las múltiples influencias del medio social en el que el individuo esta obligado a vivir. Esta acción educativa es, por consiguiente, una adaptación de las tendencias hereditarias a la mentalidad colectiva: una continúa aclimatación del individuo en la sociedad, el niño desarrollándose como un animal de la especie humana, hasta que empieza a distinguir las cosas inertes de los eres vivos y a reconocer entre estos a sus semejantes.
El hombre mediocre es una sombra proyectada por la sociedad; es por esencia imitativo y esta perfectamente adaptado para vivir en rebaño, reflejando las rutinas, prejuicios y dogmatismos reconocidamente útiles para la domesticidad.Asi como el inferior hereda “el alma de la especie”, el mediocre adquiere “el alma de la sociedad”.Es original e imaginativo, desadaptandose del medio social en la medida de propia variación. todos) estas personas son llamadasd

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