jueves, 13 de noviembre de 2014

Silogismo 

Si has escuchado alguna vez el término silogismo  y no sabes de qué se trata hoy te aclararemos esta duda. Un silogismo no es más que una forma de razonamiento deductivo que se compone de 3 elementos básicos: una premisa mayor, una premisa menor y una conclusión que las relaciona.
En la vida diaria utilizamos todo el tiempo esta estructura lógica; sin embargo, donde más se emplea dicho concepto es en el universo de las matemáticas.

Estructura del silogismo

Como ya enunciamos, todo silogismo se estructura sobre la base de dos premisas que son aceptadas como ciertas y una tercera que se deduce lógicamente de la relación entre los conjuntos que se describen en las primeras, y que resulta ser conclusiva. Para entender cómo opera este mecanismo apelemos a un ejemplo clásico:
  • Premisa mayor: Una proposición general
             Ej. Todos los hombres son mortales.
  • Premisa menor: Una proposición específica
              Ej. Sócrates es un hombre.
  • Conclusión: Basada en las dos premisas anteriores
              Ej. Sócrates es mortal.
Otro ejemplo de silogismo sería:
  • Los mamíferos lactan a sus crías.
  • Los perros son mamíferos.
  • Los perros lactan a sus crías.



 Ejemplo de Silogismo 







La Lógica 






Tablas De Verdad 













         La lógica aristotélica

1.

Aristóteles ha pasado a la historia, entre otros cosas, como el primer sistematizador de la lógica. De hecho, sus propuestas en este campo, junto a las aportaciones de los estoicos, han constituido prácticamente toda la lógica hasta el siglo XIX. El mismo Kant, quien toma la clasificación aristotélica de los juicios como base para realizar las deducción trascendental de las categorías del entendimiento, aspecto fundamental de su obra, se extraña del mínimo avance de la lógica, desde Aristóteles, contrastándolo con el arrollador avance de la ciencia a partir del Renacimiento, dado que ambas parecen ofrecernos una forma de conocimiento seguro.
2.
3.
Los conceptos
1.
Jerarquía y subordinación de los conceptos según el árbol lógico de Porfirio
Jerarquía y subordinación de los conceptos según el árbol lógico de Porfirio
2.
3.
4.
Las obras de lógica de Aristóteles (Categorías, Sobre la interpretación, Primeros analíticos, Analíticos posteriores y Tópicos) fueron agrupadas en un conjunto llamado Organon, que los filósofos interpretaron tradicionalmente como una propedéutica, una preparación para la filosofía. Con ello pretendían recalcar que el conocimiento de las leyes del razonamiento era fundamental, un paso previo, para cualquier ulterior estudio, y que debía estar en posesión de tal conocimiento quienes quisiesen adentrarse en el terreno de la filosofía. A diferencia de la moderna lógica formal, la lógica aristotélica parte del supuesto de que las formas de pensamiento reproducen lo que ocurre en la realidad, o sea, que las cosas extramentales existen tal como son pensadas por la mente, por lo que las categorías de la mente son categorías objetivas, categorías de la realidad. De ese modo las categorías del pensamiento adquieren un sentido ontológico y ese carácter propedéutico que ha señalado la tradición filosófica.
La lógica aristotélica se ocupa del estudio de los conceptos, dedicando especial atención a los predicables, y de las categorías (o predicamentos), que se completa con el análisis de los juicios y de las formas de razonamiento, prestando especial atención a los razonamientos deductivos categóricos o silogismos, como formas de demostración especialmente adecuadas al conocimiento científico.
El concepto es entendido como la representación intelectual de un objeto, diferenciándose, pues, de lo sentido, lo percibido, lo imaginado o lo recordado. Las propiedades de los conceptos son la comprensión y la extensión: la primera denota las características esenciales que contiene un concepto, y la segunda el número, la cantidad de sujetos a los que puede aplicarse, de los que se puede predicar. Cuanto mayor sea el número de características que contiene un concepto, menor será el número de sujetos a los que pueda aplicarse, y viceversa. En función de estas características se pueden construir los conocidos árboles lógicos, como hizo Porfirio (siglo III d.c.), en los que se clasifican los conceptos estableciendo entre ellos una relación de jerarquía y subordinación, de mayor a menor extensión.
Por supuesto, hay muchas clases de conceptos. Atendiendo a su extensión pueden ser universales, particulares y singulares; atendiendo a su comprensión: simples y compuestos, según expresen una sóla esencia, o una esencia acompañada de una cualidad; también pueden ser, según su comprensión, concretos y abstractos, compatibles o incompatibles, positivos o negativos, claros u oscuros. Los que más interesaron a Aristóteles fueron los conceptos universales y sus distintos tipos de atribución o predicables. Los predicables son conceptos universales que pueden aplicarse, pues, a muchos sujetos. En los Analíticos posteriores Aristóteles se refiere a cinco predicables, o modos generales de atribución: género, especie, diferencia, propio y accidente. El género representa la parte de la esencia que es común a varias especies; la especie representa la esencia del ser; la diferencia expresa la parte de la esencia que no es común, sino característica de la especie; propio, o propiedad, expresa una cualidad que acompaña necesariamente a la especie, y el accidente expresa una cualidad contingente, que puede estar o no en el ser.
Los géneros supremos en los que se pueden clasificar los seres son las categorías, o predicamentos. En sus obras "Categorías" y "Tópicos" Aristóteles fija en diez su número, estableciendo una distinción fundamental entre la sustancia y los accidentes. La sustancia es la categoría fundamental, lo que existe en sí mismo; los accidentes son categorías que existen en otro ser, en la sustancia. Aristóteles clasifica los accidentes en 9 grupos: cualidad, cantidad, relación, acción, pasión, lugar, tiempo, situación, hábito externo. (En los "Analíticos posteriores" nos habla sólo de ocho categorías accidentales, suprimiendo las dos últimas, que son englobadas como aspectos de las restantes). En la medida en que las categorías remiten a las formas de ser extramentales adquieren un marcado contenido ontológico, dando por supuesto que las cosas son captadas por la mente tal como son en realidad.
Los conceptos son actos mentales que expresamos mediante el lenguaje. A esa expresión lingüística del concepto le llamamos "término", y es objeto de la misma clasificación atribuida a los conceptos. Los términos pueden ser, además, si atendemos al objeto expresado, unívocos, equívocos y análogos. Son unívocos los términos que remiten a un sólo concepto, y se aplican siempre con el mismo sentido o significado. Equívocos son los términos con los que podemos expresar distintos conceptos, aplicándose en cada caso con un sentido distinto (León tiene una catedral, el león es el rey de la selva). El término que expresa conceptos diferentes pero que tienen un fondo común se llama análogo (Juan está sano, este clima es sano). El análisis de los distintos tipos de analogía interesó mucho a los filósofos medievales y algunos problemas de la relación entre lo divino y lo humano fueron tratados con el desarrollo del análisis de los distintos tipos de analogía.

ROUSSEAU

Rousseau, frente a los ilustrados, argumenta que las ciencias y las artes no han mejora­do al hombre, sino que han ayudado a corromperlo, contribuyendo a crear sociedades artificiales en las que domina la desigualdad y todos los males que esta trae consigo. Rousseau intentará mostrar al hombre auténtico, al hombre no corrompido por la sociedad. Ello le lleva a diferenciar entre estado civil y estado de naturaleza. El estado civil es la sociedad organizada, con sus leyes convencionales y sus gobiernos. El estado de naturaleza es la situación en que se encontrarían los hombres antes, o al margen, de la creación de sociedades organizadas, en la que sus vidas estarían regidas por ciertas leyes o derechos naturales. Hecha esta distinción se trata de descubrir cómo es el hombre natural, el hombre que vive en estado de naturaleza, y de explicar cómo hemos podido llegar a la situación actual.
No podemos observar a los hombres en «estado de natu­raleza» porque tal estado ya no existe. Es más, puede que tal estado no haya existido nunca. Quitando del ser humano todo aquello que pone en él la sociedad (las desigualdades morales y políticas, las pasiones y deseos que na­cen en sociedad, el empleo de las diversas artes y ciencias; las convenciones sociales, etc.) lo que queda es el hombre natural, el hombre en estado de naturaleza.
Una vez eliminadas la convencionalidad y el artificio con el que la sociedad recubre la naturaleza humana, des­cubrimos que:

  • En estado de naturaleza los hom­bres viven aislados, ya que la única comunidad natural es la familia, y solo durante el tiempo que los hijos precisan de sus pa­dres; luego los vínculos familiares se disuelven.
  • Dado que, en tal estado, los hombres no han sido corrompi­dos, los seres humanos son, en su mayoría, fuertes, sanos y autosuficientes.
  • En tal estado los hombres son básicamente iguales, ya que las desigual­dades que existen se deben únicamente a sus condiciones físicas.
  • En estado de naturaleza los hombres se mueven en virtud de dos pasio­nes o impulsos básicos, que son el deseo de autoconservación (le lleva a intentar satisfacer sus escasas necesidades naturales) y la piedad o compasión por sus semejantes (impulso que nace de la capacidad de identificarse con los demás y que se obser­va, incluso, en algunos animales).
  • La libertad natural: es la capacidad que tienen los seres humanos para elegir lo que quieren hacer al margen de cualquier regla natural. Capa­cidad que los diferencia de los animales, que son determinados por su instinto siguiendo pautas fijas de comportamiento.
  • La perfectibilidad o capacidad de autoperfeccionamiento: es la capaci­dad que tienen los seres humanos, tanto a nivel individual como colecti­vo, de transformar sus vidas. Los animales, por el contrario, no varían su modo de ser a lo largo de sus vidas o a lo largo de la vida de la especie.
  • En un primer momento los hombres pudieron descubrir que su unión les proporcionaba ciertas ventajas para defender mejor sus intereses. La costumbre de vivir unidos hizo que se desarrollasen ciertos lazos afectivos y pasiones antes desco­nocidos: el amor conyugal y paterno, la amistad, los celos, la comparación entre unos y otros, las preferencias, el orgullo, etc.
  • En un segundo momento apareció la propiedad privada, que trajo con­sigo el trabajo forzado, la rivalidad y los intereses opuestos, la inseguridad, etc., y se convirtió en origen de una desigualdad creciente.
  • Fue entonces cuando los hombres instituyeron gobiernos y leyes, dando origen a la sociedad política o Estado. Pero los Estados así instituidos solo sirvieron para consolidar la situación de desigualdad e injusticia a la que se había llegado, al mismo tiempo que las leyes se convertían en nuevas cadenas que impedían la libertad humana.
  • con la voluntad de la mayoría, porque la mayoría podría decidir aplicar leyes que afectasen a unos individuos concretos. En ese momento ya no sería una voluntad general sino la voluntad particular (por muy mayoritaria que fuese) de un grupo defendiendo sus intereses frente a otro (con lo cual este otro también estaría legitimado para desobedecer en cuanto pudiese hacerlo).
  • con la unanimidad, pues si fuese necesario esperar a que todos estuviesen de acuerdo en las mismas leyes para empezar a legislar tal cosa sería imposible.
  • con la voluntad de todos, que es la suma de las voluntades de los individuos movidos cada uno por su interés, con lo que no se establecería el bien común, sino una yuxtaposición de intereses particulares.
  • Cuando legisla, esto es, cuando crea leyes, se le llama sobe­rano. Dado que las leyes son creadas por la voluntad general, la soberanía residirá en la voluntad general. El soberano es, pues, el pueblo. A sus miembros (es decir, a los contratantes en tanto son participantes de la soberanía, en tanto legislan en unión con todos los demás), se les llama ciudadanos.
  • Cuando es pasivo, y se limita a ser un sistema de leyes ya instaurado, se le llama Estado. A sus miembros (es decir, a los contratantes en tanto son miembros del Estado), se les llama súbditos, pues están sometidos a sus leyes.
  • Natural: cuando los magistrados lo son en función de alguna cualidad natural (edad, experiencia).
  • Electiva: cuando los magistrados son elegidos por los integrantes del cuerpo político. Esta forma de aristocracia le parece a Rousseau la me­jor, la que constituye la auténtica aristocracia.
  • Hereditaria: cuando los miembros del gobierno lo son por sucesión familiar.

Si los sentimientos del hombre pudieran ser correctamente reformados y desarrollados mediante una educación adecuada y viviera en una situación social que no estuviese basada en relaciones de egoísmo, entonces podría salir al exterior y ser operativa la bondad natural encerrada en el hombre. Respecto a la reforma educativa, Rousseau expuso sus ideas en Emilio. En lo que se refiere a la reforma social, la tarea crítica es realizada en sus dos Discursos, mientras que la labor constructiva es desarrollada en El contrato social.
Las características anteriores las compar­ten los seres humanos con otros animales. Pero hay dos rasgos que les distinguen de cualquier otra especie. Estos rasgos serán los que, fi­nalmente, aparten a los seres humanos del estado de naturaleza haciéndole degenerar en un ser social, en miembro de una comunidad política. Y son:
Rousseau de­fiende que el hombre es bueno por naturaleza. O, para ser más exactos, que no es ni bueno ni malo, ya que la moral es un producto social, no natural. Pero el hombre se vuelve malo, se llena de vicios, con la creación de las sociedades humanas, convirtiéndose, entonces, tal como decía Hobbes, en un lobo para el hombre.
¿Qué hace a los seres humanos abandonar el estado de naturaleza y organizarse en sociedades con la creación final de Estados, gobiernos y le­yes? Rousseau explica el proceso del siguiente modo:
Por eso Rousseau propone reformar las sociedades actuales con el objeto de crear un modo de organización política que permita mantener las ventajas de vivir en socie­dad, pero que sea acorde con la naturaleza humana (esto es, que permita conservar la libertad e igualdad de las que gozaba el hombre natural). Para llevar a cabo esta reforma es necesario encontrar un modo de orga­nización en la que el individuo se someta a la ley sin perder su libertad ante­rior. Este problema se resuelve con el contrato social.
El contrato social consistirá, para Rousseau, en un acuerdo mediante el cual cada contratante se somete enteramente a la voluntad general, a con­dición de que cada uno de los demás asociados haga lo mismo.
La voluntad general puede ser definida como la voluntad que surge de la unión de todos los individuos estableciendo leyes que han de ser aplicadas por igual a todos. Es decir, las leyes deben considerar a los súbditos y a las acciones de un modo abstracto, y no estar dirigidas, por lo tanto, a ningún individuo ni acción en particular. De ese modo, al apoyar cada contratante unas leyes que sabe que van a regir sobre sí mismo igual que sobre cualquier otro, los intereses particula­res se desvanecen y se instaura el bien común.
La voluntad general no debe ser confundida:
El contrato social produce lo que Rousseau llama un «cuerpo moral y co­lectivo», o también «persona pública», «república» o «cuerpo político». Mediante el contrato social los individuos acuerdan acatar la vo­luntad general, instaurando con ello la república o cuerpo políti­co. Este recibe distintos nombres según su modo de actuar.
La soberanía es inalienable e indivisible. Si el pueblo dejase en ma­nos de unos representantes la capacidad de decidir por él, en ese momento perdería su libertad. En consecuencia, el pacto que dio origen al cuerpo po­lítico habría sido roto, los particulares estarían legitimados para defender sus propios intereses al margen de la voluntad general, y la comunidad se habría disuelto. Por eso la soberanía es inalienable.
Además, dado que la voluntad general es una (de lo contrario no estaría­mos ante la voluntad general, sino ante voluntades particulares, aun cuando representasen a una mayoría de individuos), la soberanía es indivisible. Por esta razón, Rousseau, frente a Locke y a Montesquieu, rechaza la división de poderes. El poder legislativo y el poder ejecutivo no pueden ser indepen­dientes. El poder legislativo es el único poder soberano. El poder ejecutivo, que reside en el gobierno, debe limitarse a administrar lo establecido por el legislativo; esto es, a hacer cumplir la ley.
La voluntad general hace las leyes pero no puede ejecutarlas, ya que ejecutarlas consiste en una serie de disposiciones que afectan a individuos o acciones concretas,  mientras que las leyes son, operan por igual sobre todo el cuerpo po­lítico. Es necesaria, pues, una institución que encarne el poder ejecutivo: el gobierno. Al gobierno le compete una función meramente administrativa, al servicio del soberano. Y así como no es tarea del poder legislativo gobernar, tampoco es tarea del ejecutivo crear leyes, sino acatarlas y hacerlas cumplir.
Rousseau da el nombre de príncipe al cuerpo entero del gobierno, y el de magistrados a los miembros individuales de ese cuerpo.
Rousseau diferencia entre tres tipos posibles de gobierno:
1)    Democracia: cuando los magistrados designados por el soberano son todos los ciudadanos o la mayoría.
2)    Aristocracia: cuando los magistrados son menos que el número de los ciudadanos comunes. La aristocracia puede ser:
3)    Monarquía: cuando el soberano concentra todo el poder en manos de un solo ciudadano magistrado, del que reciben su poder los demás.
Rousseau sostiene que «en general, el gobierno democrático conviene a los pequeños Estados, el aristocrático a los medianos y la monarquía a los grandes». Si bien encuentra muchos obstáculos para que el gobierno demo­crático y el monárquico funcionen bien, por lo que parece decantarse por una aristocracia electiva.
Rousseau cree que los seres humanos pierden algunas ventajas con el cambio del estado natural al estado civil, pero las que ganan son mayores. Los seres humanos perderían su libertad natural, su igualdad natural y la posesión de aquello que apetecen y pueden alcanzar. A cambio ganan libertad civil, libertad moral, igualdad moral o civil y derecho a la propiedad.
La libertad natural es la libertad que posee el individuo en el estado de naturaleza, "que no tiene más límites que las fuerzas del individuo». La li­bertad civil es la libertad que posee el individuo como miembro del estado civil, república o cuerpo político. Libertad que "está limitada por la voluntad general». La libertad moral aparece con la constitución del estado civil. A partir de entonces el individuo tiene que abandonar sus impulsos naturales para someter su acción a los principios o leyes que emanan de la voluntad general. Leyes que él se ha dado a sí mismo. Con lo cual el individuo se vuelve dueño de sí mismo. No está ya sometido a sus impulsos naturales, a los puros deseos. Del acatamiento voluntario de dichas leyes nace además el sentido del deber, fundamento de toda moral. De ese modo, los seres hu­manos se vuelven seres morales.
La igualdad natural consiste en que nadie tiene más rango ni poder económico que nadie, dado que en el estado natural no hay sociedad or­ganizada ni propiedad privada, origen de la desigualdad moral o política. La igualdad moral o civil consiste en que todos estén sometidos por igual a las leyes que emanan de la voluntad general, y en que todos sean parte por igual de la voluntad general. En el estado civil la desigualdad natural o físi­ca entre los hombres carece de valor, por lo que, en cierto sentido, es más igualitaria que la igualdad natural.
En el estado de naturaleza el trabajo y cultivo de un terreno o producto lo convierte en posesión de quien lo trabaja en virtud de lo que Rousseau llama "derecho del primer ocupante». Pero tal derecho solo se convierte en verdadero derecho en la sociedad civil, tras la instauración del derecho a la propiedad, que convierte la simple posesión en propiedad garantizada por una ley positiva (esto es, convencional, emanada de la voluntad general).
La reivindicación de la primacía de la esfera sentimental del hombre constituye un eje fundamental en la concepción del hombre de Rousseau. Los moralistas ilustrados -como Helvétius- eran conscientes del importante papel de los sentimientos en la conducta del individuo. Sin embargo, pensaban que el sentimiento más fuerte era el egoísmo que, de suyo, llevaría a los hombres a continuas guerras entre sí. La razón tenía como misión ilustrar al individuo egoísta y hacerlo apto para vivir en sociedad. En Rousseau encontramos una concepción social con un esquema opuesto: No le sirve la sociedad del egoísmo ilustrado. Acepta, como punto de partida, lo que ya enseñaba Mandeville, que la dinámica económica capitalista no es compatible con el altruismo; y rechaza la idea de que una sociedad construida sobre el egoísmo competitivo (el amor propio) sea una sociedad auténtica. Sin embargo, es posible construir una auténtica sociedad porque existen en nosotros poderosos sentimientos altruistas, cuya expresión más elemental es la piedad. Frente al optimismo de los ilustrados burgueses, Rousseau afirma que la razón opera precisamente como factor estimulante del egoísmo y, consiguientemente, como fuente de conflicto social.

                           La filosofía de Kant

   

1. - El problema general de la metafísica.

1En el prólogo a la primera edición de la "Crítica de la razón pura", luego de explicar brevemente los avatares sufridos a lo largo de la historia por la metafísica, que la llevaron de ser considerada la reina de las ciencias a ser objeto de desprecio, nos expone Kant el objetivo fundamental de sus investigaciones: "Se trata, pues, de decidir la posibilidad o imposibilidad de una metafísica en general y de señalar tanto las fuentes como la extensión y límites de la misma, todo ello partir de principios".

2.

Es el llamado "problema crítico", que vuelve a ser planteado en el prólogo de la segunda edición: mientras la lógica, las matemáticas, la física, y las ciencias naturales han ido encontrando el camino seguro de la ciencia, la metafísica, la más antigua de todas ellas, no lo ha conseguido: "No hay, pues, duda de que su modo de proceder ha consistido, hasta la fecha, en un mero andar a tientas y, lo que es peor, a base de simples conceptos. ¿A qué se debe entonces que la metafísica no haya encontrado todavía el camino seguro de la ciencia?".

3.

La metafísica, sin embargo, parece inevitable como disposición natural, en la medida en que el hombre se siente inclinado a buscar las primeras causas y principios de la realidad; a pesar de ello, dado que después de siglos de investigaciones en ese terreno, la metafísica no ha conseguido entrar en el camino seguro de la ciencia, quizá sus esfuerzos hayan sido vanos porque pretenda lo imposible, por lo que es necesario preguntarse acerca de su posibilidad, pregunta en la que se resume el "problema crítico": ¿Es posible la metafísica como ciencia?

4.

A diferencia de las otras ciencias, la metafísica ha pretendido trascender la experiencia y ofrecernos un conocimiento de entidades como Dios, el alma y el mundo como totalidad, a partir de conceptos "a priori" es decir, independientes de la experiencia. Se tratará, por lo tanto, de averiguar "qué y cuánto pueden conocer el entendimiento y la razón aparte de toda experiencia", por lo que será necesaria, en consecuencia, una investigación crítica de la facultad de razonar (no un estudio psicológico que remita a las condiciones concretas, empíricas, de dicha facultad, sino un estudio de las condiciones a priori, es decir, trascendentales). Una vez determinadas cuáles son esas condiciones trascendentales estaremos en situación de decidir si permiten o no las pretensiones cognoscitivas de la metafísica.



2.-El problema del conocimiento a priori.

1.

Dado que la metafísica pretende obtener un conocimiento a priori, independiente de la experiencia, la respuesta a la pregunta por su posibilidad exige responder previamente a la pregunta de si es posible el conocimiento a priori. Pero ¿Cuantas formas hay de conocimiento? ¿Es el conocimiento a priori una de ellas, o no pasa de ser una ilusión?
.

2.

"No hay duda alguna de que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia", nos dice Kant en el primer párrafo de la introducción de la "Crítica de la razón pura", y añade inmediatamente a continuación, en el segundo párrafo: "pero, aunque todo nuestro conocimiento empiece con la experiencia, no por eso procede todo él de la experiencia". A diferencia de lo que habían afirmado los racionalistas y los empiristas, para quienes había sólo una fuente del conocimiento, la razón para unos, y la experiencia para los otros, para Kant habrá dos fuentes del conocimiento: una, la sensibilidad, que suministrará la materia del conocimiento procedente de la experiencia, y otra, el entendimiento, que suministrará la forma del conocimiento, y que será independiente de la experiencia. Podremos hablar, por lo tanto, de un conocimiento a priori y de un conocimiento a posteriori:
"En lo que sigue entenderemos, pues, por conocimiento a priori el que es absolutamente independiente de toda experiencia, no el que es independiente de ésta o aquella experiencia. A él se opone el conocimiento empírico, el que sólo es posible a posteriori, es decir, mediante la experiencia".

KANT SUPERA EL RACIONALISMO Y EL EMPIRISMO


Kant por su parte supera el Racionalismo y el Empirismo afirmando que “todos nuestros conocimientos comienzan con la experiencia”. “En el tiempo, pues, ninguno de nuestros conocimientos proceden a la experiencia y todos comienzan en ella”. Pero criticando también esta posición empirista añade: “pero si es verdad que todos nuestros conocimientos comienzan con la experiencia no todos sin embargo proceden de ella.”

Así. Kant supera con su Criticismo el antagonismo de las posiciones racionales y empiristas asimilando lo más positivo de cada una de ellas.

Para los tiempos de Kant la Metafísica la principal de las ciencias que a partir de la etapa racionalista había constituido las ideas de Dios , alma y del ser y sus tendencias corpóreas, estaba en un gran decadencia debido al progreso de las otras ciencias como lo son la matemática y la física. Kant se dedicó a examinar el camino que ha permitido el progreso en las demás ciencias, para ver si es posible aplicarlo a la metafísica.

Por lo tanto Kant sigue la tradición de Aristóteles en que menciona que la ciencia ha de ser un conocimiento universal y necesario, y llega a la conclusión de que la tradición racionalista y empirista no hacen posible la metafísica como ciencia.

Por lo tanto Kant mantiene que el racionalismo mantiene la convicción de que en la mente hay algún tipo de contenido que tiene carácter universal, y que son anteriores a toda experiencia. Del empirismo Kant mantiene el principio fundamental de que todo conocimiento parte de la experiencia, tal como defendía la ciencia de su época.

El pensamiento kantiano El pensamiento Kantiano tuvo dos periodos:

El periodo precrítico que trata desde sus años de docencia en1746 hasta la defensa del Disertatio. En este periodo el pensamiento kantiano estuvo influido en si mayoría por un gran interes a la ciencia en especial a la Física de Newton a quien Kant admiraba tanto. Mientras que Kant oscila entre el racionalismo y el Empirismo, influido por Hume.

El periodo Crítico desde el año 1770 hasta su muerte. En este periodo el elabora un sistema El Criticismo o Idealismo trascendental ésta es una síntesis del Racionalismo y el Empirismo. En este periodo Kant inicia la edición de su Crítica a la razón Pura en 1781. En esta obra Kant analiza los límites del conocimiento y la posibilidad de la metafísica como ciencia. En 1785 publica la Fundamentación de la metafísica de las costumbres, En la que intenta encontrar un fundamento para la moral. En 1788 publica Crítica a la razón práctica en donde trata la fundamentación de la moral siguiendo como esquema a la Crítica de la razón pura. En 1790 publica la Crítica del juicio, ésta sería la tercera critica kantiana y su tema fue el juicio estético y teológico. En 1793 publica La religión dentro de los límites de la razón, en donde defiende el Deísmo o religión natural. Y en 1795 escribe La Paz perpetua donde aboga por un derecho internacional que regule las relaciones entre las naciones europeas.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Anarquía

La palabra anarquía proviene del griego ἀναρχία, anarchía (de ἄναρχος, ánarchos, prefijo ἀν, an, que significa 'no' o 'sin', y sustantivo ἀρχός, archós, que significa 'dirigente', 'soberano' o 'gobierno') y sirve para designar aquellas situaciones donde se da la ausencia de Estado o poder público volviendo inaplicable el monopolio de la fuerza sobre un territorio. A diferencia de la autarquía (uno mismo-gobierno), un concepto de filosofía moral, la anarquía se refiere a una situación del orden político.
En la filosofía política la palabra anarquía es polisémica, usándose como caos político o como forma de gobierno. En materia de doctrina de relaciones internacionales se llama anarquía a la apreciación de que los Estados son autónomos frente al derecho internacional en la medida que no existe un gobierno mundial por sobre los gobiernos nacionales.

Idealismo

El idealismo es la familia de teorías filosóficas que afirman la primicia de las ideas o incluso su existencia independiente. Un sinónimo es el inmaterialismo.
Según Mario Bunge, existen dos variantes principales del idealismo: el objetivo y el subjetivo.1
El idealismo supone que los objetos no pueden tener existencia sin que haya una mente que esté consciente de ellos. Para poder conocer las cosas, se debe tomar en cuenta la conciencia, las ideas, el sujeto y el pensamiento. Platón, Berkeley y Kant son algunos de sus representantes.
El idealismo moderno que plasma José Ingenieros en su obra El hombre mediocre adjudica al hombre una responsabilidad inherente que solo unos pocos están destinados a ejercer y desarrollar. Evidencia que el idealismo es semejante a la teoría del super hombre en cuanto que resalta la precursión del cambio y devenir de los tiempos, espacios y coyunturas sociales en manos solo de los "emancipados del rebaño" suscitando interés por las minorías rebeldes con capacidad y espíritu para hacer de la idea, una verdad objetiva y cognoscible que parte de el individuo y no de las masas.

Positivismo 

El positivismo es una corriente o escuela filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación de las teorías a través del método científico. El positivismo deriva de la epistemología que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador francés Saint-Simon primero, de Augusto Comtesegundo, y del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad de dicho siglo. Según esta escuela, todas las actividades filosóficas y científicas deben efectuarse únicamente en el marco del análisis de los hechos reales verificados por la experiencia.
Esta epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón que fue laRevolución francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio científico.

Friedrich Wilhelm Nietzsche



 Friedrich Wilhelm Nietzsche (AFI ˌfʁiːdʁɪç ˌvɪlɦɛlm ˈniːt͡ʃə) (Röcken, cerca de Lützen, 15 de
octubre de 1844-Weimar, 25 de agosto de 1900) fue un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XIX.
Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidental, mediante la genealogía de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la vida.1 Este trabajo afectó profundamente a generaciones posteriores de teólogos, antropólogos, filósofos, sociólogos, psicólogos, poetas, novelistas y dramaturgos.
Meditó sobre las consecuencias del triunfo del secularismo de la Ilustración, expresada en su observación «Dios ha muerto», de una manera que determinó la agenda de muchos de los intelectuales más célebres después de su muerte.
Si bien hay quienes sostienen que la característica definitoria de Nietzsche no es tanto la temática que trataba sino el estilo y la sutileza con que lo hacía, fue un autor que introdujo, como ningún otro, una cosmovisión que ha reorganizado el pensamiento del siglo XX, en autores tales como Martin Heidegger, Michel Foucault, Jacques Derrida, Gilles Deleuze, Gianni Vattimo o Michel Onfray, entre otros.
Nietzsche recibió amplio reconocimiento durante la segunda mitad del siglo XX como una figura significativa en la filosofía moderna. Su influencia fue particularmente notoria en los filósofos existencialistas, críticos, fenomenológicos, postestructuralistasy postmodernos, y en la sociología de Max Weber. Es considerado uno de los tres «Maestros de la sospecha» (según la conocida expresión de Paul Ricoeur), junto a Karl Marx y Sigmund Freud.

El hombre como ser económico

El hombre como ser económico es en cierta forma parte del ser social, parte del humano en su forma natural. El hombre es un ser que, como antes lo dije, esta inmerso en una paradoja que a su vez lo posee. Para sobrevivir el ser humano lucha contra la naturaleza pero a la vez se vale de esta para satisfacer sus necesidades, necesidades que su naturaleza le provee (he aquí la contradicción). Tratando de evitar todo un esbozo teórico del marxismo, se dirá que el individuo necesita satisfacer esas necesidades y lo hace mediante la transformación de la naturaleza, convirtiendo el objeto de trabajo en producto a través de una herramienta de trabajo, todo esto en su conjunto constituye el proceso de trabajo y con ello el sujeto interactúa con la naturaleza. Dentro de este marco los medios de producción son aquellos objetos que el humano utiliza como herramienta para transformar el objeto de trabajo y el conjunto articulado de estos medios de producción en una sociedad determinada y en un momento dado del desarrollo histórico dan como resultado la formación económica. Esta formación económica existe para tratar de satisfacer las necesidades humanas materiales. La economía engloba muchas cosas más, pero en su base esta lo que aquí se he querido mostrar: la necesidad y su forma de satisfacción a través de medios de producción.Economía y política tienen que ver con lo mismo: el hombre con necesidades, en una sociedad de convivencia que ayuda a satisfacer dichas necesidades a la vez que transforma (el medio) y se transforma a si mismo. Y entonces lo que nos ocupa es observar el momento actual, el momento histórico que transcurre y observar como se organiza todo esto que es la sociedad en los aspectos que se acaban de mencionar, la pregunta sobre este marco es ¿qué es lo que pasa en el mundo que habitamos?

domingo, 14 de septiembre de 2014

Ensayo 
En este ensayo de opinión filosófica, hablo sobre algunos textos de Nietzsche, quien fue uno de los filósofos más influyentes del siglo XIX, algunos de los textos son, carga más pesada, El hombre loco, y El superhombre, en donde el autor nos lleva a una serie de dilemas que muchas de nosotros no, nos ponemos a discutir, sino que simplemente los aceptamos de manera que ya están establecidos, sin tomar en cuenta nuestros propios argumentos e ideas, sin embargo, Nietzsche toma esa postura reflexiva y asume ciertos aspectos relevantes como lo son la cultura y la religión, en uno de sus aforismos podemos ver uno de los temas más relevantes dentro de la sociedad, que es el tema de Dios y el sentido de la vida, y vemos aquí la famosa frase que todos conocemos de Nietzsche,“Dios ha muerto” , aunque esto puede sonar un tanto fuerte, el autor con esto nos hace ver la realidad de la sociedad y justifica lo dicho, argumentando a favor de la esencia terrenal de la vida sin tomar en cuenta las cosas intangibles. Y es por eso que Nietzsche se torna interesante para la vida de muchas personas ya que su pensamiento es tan impactante que nos lleva a conocer sus teorías y sus posturas filosóficas que el planteo.
El objetivo de este ensayo es tratar de ver qué es lo que propone el autor en sus textos ya mencionados y argumentando sobre ellos, hacer una postura crítica de manera personal, mencionando los puntos a favor o en contra que uno tenga con el autor, así también esclarecer tu forma de pensar. Es importante mencionar que Nietzsche a pesar de las sospechas y delos misterios que el mismo se planteaba, le gustaba proponerlos y arriesgarse a cualquier tipo de crítica que pudieran plantearle.

¿Que es Filosofía ?



La filosofía (del latín philosophĭa, y este del griego antiguo φιλοσοφία, «amor por la sabiduría»)1 es el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje. Al abordar estos problemas, la filosofía se distingue del misticismo, el esoterismo, la mitología y la religión por su énfasis en los argumentos racionales por sobre los argumentos de autoridad, y de la ciencia porque generalmente lleva adelante sus investigaciones de una manera no empírica, sea mediante el análisis conceptual,los experimentos mentales, la especulación u otros métodos a priori, aunque sin desconocer la importancia de los datos empíricos.
La filosofía occidental ha tenido una profunda influencia y se ha visto profundamente influida por la ciencia, la religión y la política occidentales.  Muchos filósofos importantes fueron a la vez grandes científicos, teólogos o políticos, y algunas nociones fundamentales de estas disciplinas todavía son objeto de estudio filosófico. Esta superposición entre disciplinas se debe a que la filosofía es una disciplina muy amplia. En la actualidad sin embargo y desde el siglo XIX, la mayoría de filósofos han restringido su área de investigación, y se caracterizan por estudiar las cuestiones más fundamentales y generales.


Métodos Filosóficos




 Partiendo de las diferencias entre humanos y animales, en clase hemos analizado cómo el humano fue capaz de comunicarse, desarrollar un lenguaje donde nos entendiéramos, al contrario que los animales. Los humanos tenemos sentimientos, y así es como podemos expresarlos, gracias al lenguaje.
  El ser humano también razona, pero no todos desde el mismo punto de vista, así también incluímos el método filosófico. Encontramos distintos tipos:
  • método empírico racional:  Este método se basa en las dos fuentes de conocimiento: lo sentidos y el entendimiento, y así llegamos a dos niveles de realidad: el sensible, y el inteligible. Este método defendido por Aristóteles, empieza por la experiencia física del cambio y movimiento, hablando a su vez sobre el entendimiento. Intenta conocer lo que es universal, común, y lo que es necesario para cualquier ser. Por tanto afirma: el ser en tanto que ser.
  • método empirista:
      Método basado en la verdad científica. Sólo será verdad aquello que se puede demostrar. Por tanto, todo depende de la experiencia sensible.
  • método racionalista:
      combinación de intuición y deducción. La razón está por encima de la experiencia.
  • método transcendental:
      El origen del saber no es el fundamento, sino dar la razón.  Por eso es precioso responder a:
          – ¿Qué puedo yo saber? (posibilidades de conocer).
          – ¿Qué debo yo hacer? (cómo debo orientar mi acción).
          – ¿Qué me es permitido esperar? (futuro de aquellos que actúan bien).

 ontología 






Aunque este término se introduce en el siglo XVIII para indicar la ciencia del ser en general (lo que Aristóteles llamó “filosofía primera” y luego recibió el nombre de metafísica), la ontología ha sido una disciplina practicada por los filósofos desde el comienzo mismo de su historia.
      La ontología es la disciplina filosófica más importante. El resto de disciplinas (antropología, teoría del conocimiento, teología racional...) dependen de un modo u otro de ella. Etimológicamente la ontología se puede definir como el logos o conocimiento del ente. Y de forma técnica se la suele definir como la ciencia del ente en tanto que ente. Ente es todo aquello que tiene ser; del mismo modo que llamamos estudiante a todo persona que estudia, o amante al que ama, ente es el término que podemos utilizar para referirnos a las cosas en la medida en que éstas poseen ser. Desde este punto de vista las piedras, los animales, las personas, Dios mismo son entes puesto que poseen algún tipo de ser, aunque cada uno a su manera. Los objetos matemáticos e incluso los meramente imaginados también tienen un ser (estos últimos un ser ficticio o irreal). 
      Todas las ciencias o saberes se refieren o estudian los entes, unas los entes físicos, como las ciencias físicas, otra los entes matemáticos, como la matemática, otra los seres vivos, como la biología; pero se fijan en un aspecto particular de cada objeto que estudian: la física estudia los seres físicos como las piedras y también el cuerpo humano en la medida en que tienen dimensiones físicas; los biólogos, por el contrario, estudian también al hombre pero en la medida en que está dotado de ciertas actividades y funciones que llamamos vitales. La ontología también estudia las piedras, los animales, los números, los hombres, pero fijándose en su ser, y trata de establecer la dimensión o característica esencial que les define de ese modo y no de otro. Esto es lo que quiere indicarse con la segunda parte de la definición técnica de la ontología: la ciencia o saber relativa al ente en tanto que ente, en tanto que dicho ente tiene o participa de alguna modalidad de ser. En este sentido, la ontología es la ciencia más universal de todas puesto que se refiere a la totalidad de las cosas y no hay nada que no caiga bajo su consideración. 
      Se han dado distintas respuestas a las preguntas básicas de la ontología (en qué consiste ser y cuáles son los seres fundamentales); así, por ejemplo, para Platón el ser consiste en ser eterno, inmaterial, inmutable y racional, y los seres son de forma plena las Ideas; para Santo Tomás el ser consiste en ser eterno, infinito y dotado de consciencia y voluntad, y el ser pleno es Dios; para Nietzsche el ser consiste en cambio, temporalidad, nacimiento y muerte e irracionalidad y los seres son los objetos del mundo fugaz de los sentidos.
Aunque desde el comienzo de la filosofía todos los filósofos defendieron una u otra tesis ontológica, se suele indicar que es Parménides realmente el primero que de forma explícita tiene un discurso ontológico, convirtiéndose así en el padre de la ontología.