jueves, 12 de noviembre de 2015



Psicología y sociología 








           Frases de Eduardo Galeano 











El Hombre Un Ser Social 


Aunque el hombre se presenta como una individualidad, no puede
llegar a desarrollarse como persona sino en la relación con los demás.
El hombre no es una isla" . El existir humano es una co-existencia.
hombre es un con-vivir.

Necesitamos de los demás para llegar a la vida, para sobrevivir, para
educarnos, para progresar en todo sentido y para trascender por el amor.
Necesitamos de los demás para ser persona.

El ser con otros no es, recordemos, una característica sobre-añadida,
sino que el hombre está necesariamente orientado hacia los otros.
Solo con ellos puede cumplir con su destino de vivir humanamente.

El hombre está dotado por naturaleza de facultades y tendencias que lo
llevan a vivir en sociedad y lo hacen apto para ello. Ejemplos son el
lenguaje, como medio de intercambiar sentimientos y pensamientos;
la diversidad de sexos y su atracci6n mutua, etc.

El hombre se realiza en su dimensi6n de ser-con-otros, en su
característica de ser social no en la simple relación con los demás, no
en las simples relaciones humanas, sino cuando a partir de éstas llega
a construir e integrar" comunidad".


 Sigmund Freud
 Fundador del psicoanálisis, nació en Freiberg, de padres judíos. Se trasladó a vivir a Viena donde estudió medicina especializándose en neuropatología, concretamente en la parálisis infantil y en los problemas del lenguaje como la afasia. Por aquellas épocas los judíos no podían trabajar en instituciones públicas como los hospitales, ni tampoco dar clases en la Universidad, por eso se situó en una consulta privada. Esto lo llevó a tratar pacientes que padecían histeria, una reacción neurótica en la cual los conflictos emocionales son convertidos en síntomas físicos como parálisis y sordera (en la actualidad, se prefiere el término trastorno de conversión al de histeria).



La realidad psicológica freudiana empieza con el mundo lleno de objetos. Entre ellos, hay uno especial: el cuerpo. El cuerpo es especial en tanto actúa para sobrevivir y reproducirse y está guiado a estos fines por sus necesidades (hambre, sed, evitación del dolor y sexo).
Una parte (muy importante, por cierto) del cuerpo lo constituye el sistema nervioso, del que una de sus características más prevalentes es la sensibilidad que posee ante las necesidades corporales. En el nacimiento, este sistema es poco más o menos como el de cualquier animal, una “cosa”, o más bien, el Ello. El sistema nervioso como Ello, traduce las necesidades del cuerpo a fuerzas motivacionales llamadas pulsiones (en alemán “Triebe”). Freud también los llamó deseos. Esta traslación de necesidad a deseo es lo que se ha dado a conocer como proceso primario.
El Ello es la función más antigua y original de la personalidad y la base de las otras dos. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos o pulsiones más primitivos. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. Allí existen las contradicciones, lo ilógico, al igual que los sueños.
El yo surge a fin de cumplir de manera realista los deseos y demandas del ello de acuerdo con el mundo exterior, a la vez que trata de conciliarse con las exigencias del superyó. El yo evoluciona a partir del ello y actúa como un intermediario de este y el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del ello de una manera apropiada en el mundo externo. Usa el pensamiento realista característico de los procesos secundarios. Como ejecutor de la personalidad, el yo tiene que medir entre las tres fuerzas que le exigen: las del mundo de la realidad, las del ello, y las del superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.
El Superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la conciencia y el ideal del yo. La conciencia se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una auto imagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas.



       Etapas del Desarrollo Psicológico 


  • Etapa Oral 
  • Etapa Anal 
  • Etapa Genital